GOODBYE ERASMUS!




BLOG TERMINADO, LEED:


EN ESTE BLOG ENCONTRARÉIS MIS ANDANZAS POR EL ERASMUS DESDE SEPTIEMBRE 2010 HASTA JUNIO 2011 (incluso antes, cuando me dieron la beca y tuve que hacer todo el papeleo).


¿DESTINO? WROCLAW (BRESLAVIA), CIUDAD POLACA. ESTUDIO FILOLOGÍA HISPÁNICA EN LA UNIVERSIDAD DE SEVILLA Y SÍ, HE CONSEGUIDO CONVALIDAR MUCHÍSIMAS ASIGNATURAS, APRENDER IDIOMAS, IRME DE FIESTA HASTA REVENTAR Y CONOCER GENTE DE TODAS PARTES.


¿Es lo que buscabais? Entonces leeros el blog desde el principio: ---> AQUÍ




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ÚLTIMO POST ERASMUS:


Y ahora sí, todo ha terminado. Estos 9 larguísimos e intensos meses han llegado a su fin y yo vuelvo a estar de nuevo en mi calurosa Sevilla con alterna naranja por altas temperaturas.


No acabo de creerme que no voy a pedir nunca más la llave de la habitación 213 en Olowek, ni a levantarme temprano para pedir pralnia, ni a mirar en la página de tranvías cuándo pasa el próximo 17, ni a bajarme a comprar una zapiekanka o un mufinka antes de ir a clase, ni alegrarme por los eventos de fiestas erasmus, ni a ver amigos a los que he cogido tanto cariño, ni a pasarme 40 minutos en el carrefour (ayer estuve en uno español y la cajera me pareció flash).


Estoy triste.


Bueno, para ser sinceros estoy rara, porque ganas tenía de volver y muchas, ya que en una semana me marcho a Canadá, así que las aventuras no acaban con el Erasmus, al menos no las mías. Pero es un mix de sentimientos. Si me hubiese quedado más tiempo en Wroclaw no hubiera sido lo mismo. Las experiencias son maravillosas porque tienen un final, ¿no? No sé qué sería Olowek sin mi gente o un paseo por Rynek sabiendo que no puedo ir a tomarme nada con nadie a Starbucks.


Pero en fin, este post es para cerrar el blog porque no quiero darle más vueltas al asunto y meter el dedo en la llaga.


SI OS LO ESTÁIS PENSANDO: SÍ, IDOS DE ERASMUS


ID A WROCLAW SI TENÉIS LA OPORTUNIDAD


Va ser la mejor experiencia de vuestras vidas.


Os dejo el vídeo-montaje del segundo semestre, muy en la línea del primero, con nuestras fotos y tonterías más representativas. Y algunas fotos de nuestras despedidas, cenas y fiestas con un sabor de boca extraño (será el vodka :P), dónde me hice con las firmas de la gente y dedicatorias preciosas que dejaron en mi bandera polaca. Bueno, basta ya que me pongo idiota.


VÍDEO DE DESPEDIDA 2º SEMESTRE:


http://www.youtube.com/watch?v=gp9zzlPPkOg





"momento borrachil: No sé si quiero irme..."


En fin, que no sabéis cuánto voy a echar de menos a toda esa gente que ha pasado por mi Erasmus.


Do widzenia…


Rosa L.


Todo lo que sube...


Bueno, y el tiempo pasa y todo llega a su fin…

Mañana (en realidad esto pasó la semana pasada) me voy a España y vuelvo a Polonia el 17 para hacer un par de exámenes y despedirme de la gente. Así que el 24 es la fecha marcada, el último día.


Han sido unos últimos meses llenos de visitas y, como siempre, algunos viajes.


A finales de marzo vino mi prima Ana y se quedó toda una semana, disfrutando de las locas noches Erasmus (Grawi, Mañana, Insomnia…), conociendo a mi gente y trayendo muchísima energía y alegría que de verdad le agradezco.



La semana siguiente vinieron a verme mi padre y mi hermana, y aunque solo se quedaron un día y medio me encantó enseñarles la ciudad y compartir con ellos los enanitos de Wroclaw :)



Y sí, la semana siguiente también pasaron cosas. Me fui de viaje a la bella Italia, donde me sentí como si fuera mi segundo hogar. Fui a ver a Marianna a Milán, mi tándem de italiano y ahora sorellina. Me encantó la ciudad, llena de vida, quizá me gustó también porque todo el mundo me había dicho que no merecía tanto la pena y, de verdad, Milán es una señora ciudad.



Cuando volví alguien me esperaba en el aeropuerto. Se suponía que yo debía ir a buscarle a Él, pero Él vino a mí. No, no hablo de Dios :P Álex quería ver Cracovia, así que vino durante los 5 días de Semana Santa a visitarme y también visitamos el campo de concentración. Si os tengo que decir la verdad, yo con una vez tuve bastante y fue muy duro para volver a Birkenau. Pero por supuesto Cracovia estaba preciosa, como toda Polonia en primavera.



Al día siguiente de irse me fui en tren hasta la frontera de Ucrania, a Zamoscz (12 horas de viajecito...), para visitar a la familia de Aga, mi niña polaca; me trataron muy bien, y aunque la barrera del idioma no nos dejó comunicarnos del todo, fue una experiencia inolvidable, haciendo pierogi, pintando huevos, visitando pueblecitos polacos y viviendo una verdadera Pascua.



A los pocos días vinieron Fátima y Mariajo, dos sevillanas con mucho arte que revolucionaron Polonia. Me las llevé a Torun, donde conocimos a Marta, Karol, Lukasz y Kamila, gracias a CouchSurfing. Nos enseñaron la ciudad, comimos juntos, fumamos shisha… Fue un fin de semana precioso. Luego seguí enseñándoles Wroclaw y quedaron encantadas.



Pero por si no fuera poco, dos días después de irse empezaba Juwenalia y el desfase volvió a nuestras vidas. Tram party, Project PIWO, barbacoas cada día, conciertos, cerveza, cerveza, cerveza, más barbacoas. Gente del primer semestre que vino a visitarnos (como Nils y Ambra :D) Fue una gran semana y en el fondo para mí fue mi despedida del Erasmus, fue cerrar un paréntesis y empezar a poner los pies en la tierra.


¿Por qué mi despedida? Después de Juwenalia tuve que ponerme las pilas. Como voy a estar dos semanas en Sevilla durante la época de exámenes he tenido que adelantarlos y hacerlos todos esta semana pasada, ha sido agotador pero me he llevado siete 10, así que con un poco de esfuerzo se consigue todo. Ha sido también un poco agobiante tener tantos exámenes en la misma semana y además formar parte de The Shakeaspeare Society of Wroclaw, ya que jueves, viernes y sábado estrenamos The Taming of the Shrew (o lo que es lo mismo: La fierecilla domada), en inglés antiguo, claro. Mi papel era pequeño, pero el backstage es siempre un torbellino ya que tenía que maquillar, preparar vestuario, entrar atrezzo, etc, etc, etc. Y el resultado fue impresionante, me encantó.










Ahora también he tenido visitas, como todas las semanas, lo sé :P El sábado vinieron Silvio y Elena, les enseñé la ciudad en medio de un día soleado como ninguno y ahora están aquí a mi lado, en el autobús que lleva de Málaga a la ciudad hispalense.


Echo de menos Sevilla y Huelva, echo de menos mi piso, echo de menos pasear con la calle San Fernando, la Universidad, las cervecitas en el Salvador, hablar español, ver las puestas de sol desde mi terraza, mi vida.


Por cierto, quería mandarle un saludo muy grande a la madre de Luis Cañivano, que sé que me lee! :)


ESTO SE ACABA, ¡NO ME LO PUEDO CREER! :(

Budapest-Estambul-París-Gdansk

Febrero ha sido el mes de los viajes, las despedidas y los cambios.

El día 7 me fui con Wanek, Marina y Nils a Budapest, pasamos allí dos días geniales y visité algunas cosas que me había dejado por la vez anterior, cuando fui en enero, como las termas.


Luego el día 9 cogimos un avión directo a Estambul, donde nos esperaba Sèrgio, un portugués viajero que había salido antes que nosotros desde Wroclaw para visitar Grecia. El hostal Metropolis es uno de los mejores donde me he alojado, por el ambiente que se respiraba. En la última planta, había una gran mesa rodeada de sofás donde conocimos a Mizuki (a.k.a Gallardo), al argentino Agustín, a las chilenas Antonia y Josefa y a mucha gente más. Además estaba situdado a dos pasos de Aya Sofia y la Mezquita Azul, y con vistas al Bosforo.

No puedo resumiros el viaje y mostraros al mismo tiempo lo maravillosa que me pareció Estambul. Simplemente id, daos un paseo en barco por el Bósforo, fumad en cachimba, perdeos por el Gran Bazar, comed kebabs y visitad todas las mezquitas que podáis. Es una experiencia única.

Después de ese gran e inolvidable viaje volvimos a Wroclaw y tuve que decir adiós a uno de los mejores amigos que he hecho aquí y que espero mantener: Nils. Él sabe que debe, como Ambra, que venir a visitarnos, o ya me encargaré yo de cruzar la frontera con Alemania y llevármelo a rastras… nonono, odio las despedidas, en serio :(

La verdad es que no tuve mucho tiempo para echar de menos porque el mismo día que él se marchó yo me fui a París una semana a visitar a Alba y Víctor, mis amigos de la facultad de Sevilla que están de Erasmus estudiando en la Sorbona. Me alojé en su estudio, a 10 minutos caminando de Notre-Dame, fue genial. Y mientras ellos iban a clase yo me dediqué a patearme la ciudad y a visitar cosas que todavía no conocía, como la Saint Chapelle, Shakespear&Co, Versalles, subir a Notre Dame, los cementerios de Montparnasse y Pere Lachaise, etc.

Me hizo mucha ilusión volver a ver a Dulcie, una amiga parisina que hizo el Erasmus en Sevilla el año pasado y poder conocer a Hugo, su novio, que nos llevó a una cervecería donde pasamos varias horas probando de arreglar el mundo, como siempre. Pero si tengo que destacar algo de ese viaje es que vi a mi sorellina italiana, Ambra, de nuevo. Fue muy raro reencontrarnos allí, pero me encantó saber que todo sigue igual, que no es una amistad que terminó cuando su Erasmus llegó a su fin.

El día 25 cogí un vuelo desde París a Gdansk, donde me esperaban Serena, Wanek y Vicky, y vimos algo que nunca podré quitarme de la cabeza: el mar congelado. El mar Báltico completamente congelado. La gente caminaba por encima de las olas, el horizonte era blanco y parecía irreal que una masa de agua TAN enorme pudiera haberse paralizado de ese modo. No sé, totalmente recomendable. Para ver el mar lo mejor es coger el tren desde Gdansk y bajarse en Sopot o en Gdynia, nosotros fuimos a Gdynia pero me han dicho que Sopot es una versión polaca de Marina d’Or, muy turística.

En Gdansk vimos el museo de la Solidaridad, donde aprendí un poco más sobre la historia del país y me enteré de que Polonia fue el primer país en derrumbar al comunismo; después le siguieron República Checa y la caída del muro de Berlín. A veces pienso que si no hubiera venido a Wroclaw nunca hubiera aprendido tantas cosas sobre la historia de Europa. Podría haber leído algo, pero estar aquí y conocer a gente que incluso lo ha vivido es distinto.

El 28 volvimos a Wroclaw, han empezado las clases de nuevo (me he propuesto ir regularmente y no pasarme cuatro meses ausente como en el primer semestre…) y obviamente ha llegado gente nueva a Olowek. Más de 100 personas. Hemos empezado a conocer a alguno de ellos, y supongo que aunque ya no me presente con la misma efusividad que antes (aunque siga siendo una motivada de la vida, como me dice Marina!), me sigue haciendo ilusión conocer gente extranjera… como a Giuseppe y Valentina!!!


Y seguimos :)



Goodbye...




Bueno, pues ya ha llegado el momento… Es tan curioso, coger tantísimo cariño a algunas personas en tan poco tiempo… La verdad es que siempre decimos que aquí el tiempo es relativo, haces tantas cosas que una semana se convierte en un mes, así que después de 5 meses al lado de ciertos personajillos no puedo menos que sentir que les conozco desde hace años, porque te sabes su vida entera, ellos la tuya, vivís 24 horas juntos como quien dice.

Y en fin, no me enrollo más. Ambra ya se ha ido. Que sí, que ya la veré en Italia cuando vaya a visitarla, que sí, que llega gente nueva y no es el fin de mundo. Vale. Pero los kamikazes, cantar telephone, gritar como locas… no sé, va a ser raro seguir mi vida aquí con los demás pero sin ella. Así que esta es la cara amarga del Erasmus.

Y lo bueno que también tiene el Erasmus es que hasta de las caras más amargas sacamos cosas positivas, y no hay nada más positivo que organizar una fiesta, así que hicimos la Goodbye costume party y fue GENIAL. Decoramos un poco las paredes y pusimos bolsas de basura para que la gente no dejara todo hecho una mierda (¡y funcionó!). Mucha gente apareció disfrazada –entre ellos una servidora- y podría contaros muchas anécdotas que es mejor no desvelar. La noche continuó en Grawitacjia y, os lo aseguro, hacía mucho que el tiempo no se me pasaba TAN rápido. De pronto dieron las 5, abrieron las luces y yo no me lo podía creer. Fue una de las mejores fiestas que hemos hecho, sin duda.

También quería hablaros del tema notas. ¿Es fácil sacarse las asignaturas siendo Erasmus? Depende. En mi caso… un rotundo SÍ. Quiero decir, hay algunas difíciles en las que tienes que trabajar duro (y si no lo haces tienes un 5 pelado como yo) y otras que te dan la máxima puntuación solo por esforzarte lo que un Erasmus puede esforzarse (es decir, lo justo y necesario). Así que amigos y amigas, de momento tengo cuatro 10, dos 9, un 8, un 7 y un 5. Nada mal para una carrera anti-erasmus como la mía, ¿eh?

El domingo por la noche nos vamos a Budapest para coger un avión a Estambul… cinco días en Turquía que serán alucinantes, no me cabe la menor duda.

Quería compartir también este vídeo que hice por la marcha de Ambra y para todos los que se van, para Nils, para Eugènie, para Eirini, para Eleni, para Alessio y Diego, para Dalila… para tanta gente que nos deja a mitad del camino. Haced click! :)

VÍDEO ERASMUS OLOWEK PRIMER SEMESTRE

En fin, dejo unas fotillos de la fiesta del sábado. La rubia loca que va de pseudo-Lady Gaga soy... yo :P


WROCLAW EN NAVIDAD




En Barcelona tenemos un mercado de navidad que se llama Santa Llucia y a mí siempre me ha encantado porque cuando era pequeña íbamos a comprar el árbol y las flores de Pascua… Me encantaba el ambiente navideño que se respiraba. Pero ahora quizá no vuelva a ser lo mismo… después de vivir en primera persona un mercado de navidad de los del norte de Europa no puedo comparar esos puestos tan normales de la Plaza de la Catedral con esas casitas de madera cubiertas de nieve en Rynek, es imposible.

Wroclaw tiene durante todo diciembre un mercado de navidad en la plaza central. Hay música todo el rato y puedes comprar desde souvenirs, gorros, guantes, hasta todo tipo de comida. Lo que más me gusta son los puestos de vino caliente y chocolate. ¿Por qué no tenemos de eso en España? Pagas un depósito por la taza (con el nombre de la ciudad, el año y motivos navideños) y si la quieres te la puedes llevar. Yo he hecho colección, 2 de Wroclaw, 1 de Berlín y otra de los Karpartz.

Otra de las cosas que me encantan de Wroclaw en Navidad son las luces y los árboles. Hay árboles gigantescos por todas partes y, aunque nos mareamos un poco al ver las luces de navidad a principios de noviembre al final agradeces tanto colorido.

La verdad es que no sé cómo voy a vivir sin mi mercado de navidad de Wroclaw el año que viene… sin ver las recargadas luces de Pasaz Grundwalski o Galeria Dominikanska… Tendré que irme al Corte Inglés de Huelva y quedarme unos minutos mirando a la fachada sin parpadear o algo así.

A veces (mierda, siempre) pienso cuánto voy a echar de menos todo esto. A los pájaros gigantes que te llegan a la rodilla, a las panis de recepción de la resi (incluso a las 2 bordes), a los pesados que te dan veinte hojas de publicidad en un minuto, las zapiekankas, los paluszkis, los pierogis… las mierdas de cortinas, los atascos de Grundwalska por culpa de los camiones, la chocolaterie, el stp, la voz del ascensor (MAIN FLOOR), ir a pralnia, quejarnos porque el Noname está vacío y aún así continuar yendo… mirar el reloj y temer que sean las 2 y algo, saltarme las clases de Arte (vale, cabrones, sé que me estáis leyendo: saltarme casi todas las clases…), al gimnasio más cutre del mundo… que mi compañera de piso me hable medio en polaco medio en inglés –y que nos lleguemos a entender-, recolectar mierda para colgarla en las paredes de mi habita, ir a casa bagassa al 13th floor a dar por culo, vodka + red bull + malina = muerte, las fiestas en los rellanos, las charlas trascendentales en inglés, que todo cristo de otros países te enseñe dónde vive en google maps (y que te prometan que algún día vas a ir), las cajeras del Carrefour… ¡NO, ESPERA, LAS CAJERAS NO!

¿Sabéis que podría seguir y seguir y seguir?

Y no llevamos ni 4 meses…

Esto es la hostia.

VIAJE A BERLÍN

Berlín me encantó. No sé por qué nunca me había llamado mucho la atención. La veía como ciudad indispensable por ser capital de Alemania, pero nada más. Y quizá fuera porque no era consciente de su historia, de ese muro que la recorrió, de ese contraste que nace de las cenizas del comunismo y de la guerra fría, tan cercana… Brutal.

Cogimos un tren desde Wroclaw, directo a Berlín. Para los futuros Erasmus de Wroclaw decir que podéis conseguir billetes a 43 euros ida y vuelta si sois un grupo de 6 o más personas (normalmente suele costar unos 80 y tantos). Nosotros tuvimos la suerte de contar entre esas seis personas con Nils, que como es alemán se las arregló para contactar con los tipos de la compañía de trenes alemanes y pedirles que non enviaran los billetes a Olowek por correo.

Pero claro, estamos en centro Europa, en diciembre, con nieve y la semana más fría y jodida… ¿Qué pasó? Se estropeó la locomotora y sufrimos un retraso de más de 3 horas muertos de frío en medio de la nada. Anécdotas a parte, al cruzar la frontera se empezó a oír la voz en off tanto en alemán como en inglés… de agradecer teniendo en cuenta que si avisaron de algo referente a la avería en la parte polaca fue justamente solo en polaco y ninguno nos enteramos. Y la estación central de Berlín fue como pisar otra vez suelo europeo… hay que vivir las estaciones polacas para entenderme… Sobre todo la de mi querida Katowice…

En fin, con un frío del carajo no se pudo hacer mucho, cada vez que sacábamos la mano del guante para hacer fotos me congelaba. El hostal fue un puntazo (Pfefferbett) uno de los mejores en los que he estado en toda mi vida por ese precio (unos 13 euros la noche) y encima con una habitación para nosotros solos y limpísima.

Visitamos lo más importante: Puerta de Brandemburgo, el Parlamento (por fuera solo por la amenaza del ataque terrorista), Alexander Platz, la East Side Gallery (los mensajes del muro no tienen precio), Check Point Charlie, el monumento al Holocausto, Kunsthaus Tacheles (me encantó, es una mezcla entre museo de arte y casa okupa), etc, etc. Y por la noche un amigo de Nils nos llevó a un club berlinés que me encantó, con tres salas enormes. En una de ellas había un concierto en directo de un grupo de rock inglés y fue genial estar ahí, saltando con la cerveza en la mano, viviendo la noche de Berlín. La parte negativa (aunque con lo bien que me lo pasé me cuesta verla) es que dormirse a las 5 de la mañana tiene sus consecuencias… y son perderse unas cuantas horas de turismo, cosa que odio. Pero a las 12 ya estábamos dando guerra otra vez.

No puedo dejar de mencionar ese pedazo de mercado de Navidad, con esa noria, esa pista de patinaje sobre hielo, la música, el vino caliente, la nieve cubriéndolo todo, las luces… Ya veníamos con la idea del precioso mercado de Navidad de Wroclaw pero el de Berlín en Alexander Platz fue espectacular.

Y para terminar os cuento que encontramos sin esperarlo un bar al que quiero volver (Yesterday), con una decoración genial, totalmente retro, con setas colgando del techo, mesas hechas de juegos recreativos, libros viejos con firmas de los clientes pegados en las paredes… Y música de los 70 y los 80. Genial. ¡No os lo perdáis! Está en la misma calle que el hostal.

Poco más puedo decir ahora mismo de Berlín, seguramente vuelva en Abril para seguir descubriéndola.

VIAJE A NORUEGA

La verdad es que me pongo a escribirlo algo tarde, pero en fin, me prometí ponerme al día con este blog y lo voy a hacer.

Y hoy toca mi viaje a Noruega.

Estar en una ciudad como Wroclaw, en el centro de Europa, tiene sus ventajas. Una de ellas es que hay vuelos tirados de precio que además pagas en zlotys y al cambio se reducen a 20 euros. Es decir, volamos de Wroclaw a Oslo por unos 25 euros (hay conexiones con Wizzair y con Ryanair). ¿El problema de viajar a Noruega? El precio de TODO. Siendo Erasmus polacosos acostumbrados a comer por dos euros no os podéis ni imaginar qué se siente cuando te quieren clavar 4 euros por una cerveza en un supermercado… Bueno, euros no, porque ellos siguen funcionando con coronas… ¿y sabéis qué? Les va genial.

Dormir en Noruega en un hostal-albergue normal cuesta de media unos 30 euros por noche en habitación compartida. Nada más llegar me emocioné porque en el aeropuerto había nieve (quién me iba a decir a mí que me iba a salir la nieve por las orejas un mes después). Y todavía me emocioné más cuando se puso a nevar por la noche… Ahora sé que eso no era una gran nevada, pero en ese momento lo disfruté, viendo caer los copos blancos como nunca lo había hecho.

Si en el supermercado una cerveza cuesta 4 euros imaginaos cuánto podía costar en un bar… por ese motivo, a parte de vivir a base de sandwichs cuatro días, no nos pudimos permitir salir por la noche a tomarnos nada… Como mucho nos metimos en el McDonald’s y la verdad, ¿quién paga 12 euros por un menú? Brutal. Erasmus noruegos… I’m so sorry, really, one of the worth cities to be an Erasmus!!!!!

Oslo es una ciudad muy bonita, llena de museos como la Galería Nacional donde se encuentra una de las copias más famosas del Grito de Munch, por ejemplo. Nosotros visitamos ese y el museo al aire libre de casas típicas noruegas. Precioso. También recomiendo coger un autobús y subir a lo más alto de la ciudad, donde está el trampolín de saltos, las vistas son geniales y tuvimos unas cuantas peleas con bolas de nieve.

El viaje a Noruega continuó cogiendo un tren hasta Bergen, 8 horas en el llamado ‘tren de los sueños’, con unos paisajes que para una humilde española de secano fueron latigazos, lo flipé tanto con la nieve noruega como con el desierto del Sáhara… Y Bergen merecía la pena, al menos por corretear entre las casas de colores de madera y porque desde allí podríamos coger el tren que nos llevaría hasta un autobús que nos llevaría (sí, fue complicado) a un barco que nos llevaría a los fiordos… ¿Y qué decir de los fiordos? ¿De Myrdal? ¿De Voss? ¿De Flam? Está todo sacado de un cuento de hadas, al menos de uno escandinavo, no tiene desperdicio, en serio. El pequeño recorrido del Sognefjord nos dejó con la boca abierta y medio congelados, porque os juro que me prometí estar en cubierta todo el tiempo y a los 20 minutos estaba en cabina congelada y eso que, atentos, llevaba la camiseta térmica, una camiseta, un polar, el chaquetón polaco de invierno y en las piernas tres pares de pantalones... ¡pero aún así el frío se nota! Luego cogimos el trenecito de Flam, que debe ser una pasada cuando no hay nieve y puedes bajarte para ver las cascadas (congeladas cuando nosotros fuimos) y ya por la noche volvimos a Oslo en un tren nocturno para regresar a Wroclaw por la mañana.

Y como siempre, cuando vimos Olowek sonreímos, porque volvíamos a estar con nuestra familia Erasmus.

En fin, el próximo post Berlín, ciudad futurista a la que tengo que volver, me encantó. A veces parece todo un sueño, ahora estoy escribiendo esto desde el aeropuerto de Katowice… esperando mi vuelo hacia Barcelona. Y es tan raro todo… Tan raro como lo fue despedir uno por uno a mis amigos de Olowek cuando se fueron marchando hacia sus casas durante la última semana. He sido de las últimas en abandonar el barco y no me ha gustado mucho la experiencia.