Apenas 40 días...

Bueno, esto se pone calentito.
Queda poco más de un mes y cada vez que pienso en Erasmus, en Wroclaw, en Olowek parece que un gancho me estira desde el interior del estómago… No sé qué me pasa, ¿será miedo? Recuerdo la primera vez que entré a trabajar en la empresa en la que estaba, o cuando me marché de casa, o cuando me vine a Sevilla... sentía lo mismo.
Supongo que como todos -al menos todos los que nos comemos un poco la cabeza- me siento incapaz de mostrarme impertérrita y tranquila ante los cambios. ¿Irá todo bien? ¿Me sentiré cómoda? ¿Congeniaré con alguien? Sé que sí, o al menos eso espero. Pero por mucho que me lo repita ese gancho sigue allí, recordándome que en un mes cogeré el avión para pasar 9 meses en una residencia en medio de Europa del Este, sin mi pareja ni mis amigos y con un nivel de inglés todavía deplorable.
¡¡¡Aaaaaaahhhhh!!!
Sí, me entran ganas de chillar. Esto de la beca Erasmus es una montaña rusa. Te la dan: te emocionas. Pasa el tiempo: te olvidas. Se acerca un poco: te mueres de ganas. Queda poco: empiezas a dudar, te entra el miedo… ¡Madre mía!

Por si a alguien le sirve el próximo año, no os olvidéis de enviar por correo electrónico vuestro “Arrival Form“, podréis encontrarlo en la página web de la universidad; aunque puede enviarse hasta mediado de agosto, nada como tener asegurada vuestra plaza en la Olowek (si pertenecéis a la University of Wroclaw, claro). Creo que todos estábamos un poquito despistadillos pero el Facebook hace milagros y como ya somos más de 200 en el grupo si no se entera uno se entera otro -en este caso, una chica llamada Rebeca-.

Podría terminar aquí porque sé que lo próximo de lo que voy a escribir va a ser del gran dilema: ¿QUÉ ME LLEVO A POLONIA SI SOLO PUEDO FACTURAR UNA MALETA DE 15 KILOS?
Brutal, no tengo ni idea.
Sé que va a hacer frío pero… la gente que ya ha estado allí me dice que tampoco es para tanto, que en el momento en el que entres en CUALQUIER lado la calefacción en modo horno-infierno está encendida.

Supongo que los chicos lo tendréis fácil pero yo no sé qué voy a hacer. ¿Me llevo mis faldas y vestidos? No quiero pasarme un año a base de pantalones, la verdad… ¡Supongo que me llevaré tropecientas medias tupidas y si me congelo las piernas esperemos que no pase a mayores!

¿Veis? No tengo ganas de pensar en eso. El lunes nos marchamos a Granada y el viernes a Barcelona hasta el 23, así que cuando vuelva tendré menos de dos semanas para agobiaros con mi OPERACIÓN MALETA POLACA.